Lo cierto es que hace ya años de este día pero aún lo
recuerdo como si fuese ayer.
Nos metieron a todos en la sala de un pequeño bar y justo
apoyado en la barra nuestro tutor, aquel profesor del que nunca me olvidaré,
profesor de sala cuyo nombre no quiero decir pero no se me olvidará nunca.
Bienvenidos al ciclo superior de Restauración, hoy comienza
el principio de un ciclo precioso para el que sea capaz de aguantar y de llevar
a delante. A partir de hoy sabréis que hora tenéis de entrada y de salida
excepto los días de servicio los cuales nadie sabe si saldréis a las 10, 11, 12
o a las 4 de la mañana quien puede saberlo.
Hasta el día de hoy tanto mis compañeros como yo hemos
echado más horas que un reloj entre la sala y la cocina, entre fogones y pilas
para limpiar las cacerolas…
Pero si es cierto que no me arrepiento y escribo todo esto
no para protestar, ojo, si no más bien para abrir los ojos a aquellos que
dicen… Fulanito es cocinero, “QUE SUERTE HA TENIDO” señora, suerte el de la
lotería porque para estar simplemente dentro hay que aguantar muchísimas horas,
muchísimo estrés y muchísima tensión la cual si eres capaz de apreciarlo te
reconforta y gratifica como lo que más.
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